Se talan los cipreses y mientras estos duermen el sueño de los justos, se van secando en un almacén municipal para convertirse en leña para este invierno.Asistimos una vez más a las trasgresiones de la propia ordenanza medioambiental por parte de un consistorio co-gobernado por verdes. Después de arrasar parte del parque de la Ermita para facilitar Parkings para los «compromisos» y vendernos que existía un Plan., la vergüenza no puede ser mayor.
Y lo peor, que se nos vende un municipio, verde, sostenible y arbolado, cosa que es falsa. Lamentablemente los que nos damos cuenta de esto no podemos competir con las maquinarias mediáticas-electorales de la actual comparsa de gobierno.