En la intersección entre el interés público y la propiedad privada se desarrolla una compleja batalla que afecta directamente al patrimonio histórico, cultural y natural de Calp. Varios espacios emblemáticos, cuyo valor para la comunidad trasciende lo monetario, se encuentran actualmente bajo la presión de intereses económicos particulares que pretenden monetizar lo que, por su naturaleza y valor histórico-cultural, debería ser patrimonio de todos.
Las Salinas: un ecosistema único con precio desorbitado
El caso más llamativo es el de las Salinas, un espacio de 222.882 metros cuadrados por el que sus propietarios han llegado a reclamar 61 millones de euros. La empresa Deborja S.A., que adquirió los terrenos en 1989 por 1.500 millones de pesetas, presentó una demanda contra el ayuntamiento, Costas y el Consell por la «ocupación ilegal» de estos terrenos. A pesar de reconocer que el humedal es ahora un atractivo indiscutible del municipio y un tesoro natural de «excepcional riqueza», los propietarios insisten en una compensación millonaria, valorando el metro cuadrado en más de 221 euros.
La historia política de Las Salinas refleja la evolución en la conciencia ambiental de los partidos. Si bien inicialmente hubo divergencias sobre su protección, actualmente existe un consenso general sobre su valor ecológico. No obstante, las diferencias persisten ya que en un ecosistema de polarización hay grupos políticos que votaron a favor de las indemnizaciones millonarias, abriendo con ello legitimidad legal para futuros pleitos, más centrados en derrocar el gobierno que en defender los intereses de los calpinos.
El Pla de Feliu: el pulmón verde amenazado
El Pla de Feliu representa una oportunidad única para preservar un espacio verde vital para Calp. Con sus 300.000 metros cuadrados de suelo rústico, este terreno podría ser adquirido por aproximadamente 3 millones de euros, un precio significativamente más razonable que otros espacios en disputa, al mantenerse la valoración como suelo rústico a 7 euros por metro cuadrado. Su potencial como pulmón verde para la ciudad lo convierte en un activo estratégico para el futuro sostenible del municipio.
La situación del Pla de Feliu ofreció una oportunidad única para demostrar unidad política en la protección del patrimonio natural, no fué así, y pese a prevalecer la adquisición, nuevamente hubo un grupo que votó en contra para mayor satisfacción de los propietarios, presentes en la sala, que en los litigios venideros aludirá a ese voto para conseguir la nulidad de la acción y pleitear por su urbanización.
Proyecto Colossus: torres gemelas junto a un espacio natural
El controvertido proyecto Colossus, que contemplaba la construcción de dos torres de 35 plantas con 606 habitaciones junto al paraje natural de Las Salinas, ejemplifica otra faceta de esta problemática. Con una inversión proyectada de 65 millones de euros, el proyecto recibió críticas por su cuestionable impacto ambiental y su dudosa legalidad. Afortunadamente, la caducidad de la licencia ha puesto fin a esta amenaza sobre el entorno natural.
El caso Colossus ha evidenciado las contradicciones en la gestión política del urbanismo local. La licencia se aprobó en 2016 cuando el arquitecto del proyecto original formaba parte del gobierno municipal, lo que generó críticas de la oposición y organizaciones ecologistas. El actual gobierno ha iniciado el proceso de caducidad de la licencia, con el apoyo de los grupos de la oposición, marcando un cambio significativo en la política urbanística municipal.
Los Baños de la Reina: patrimonio romano en disputa
El yacimiento de los Baños de la Reina, que albergó un palacio romano entre los siglos II y V, representa otro caso emblemático. El ayuntamiento ha iniciado un Plan Especial para su protección, pero la adquisición de los terrenos privados se estima entre 26 y 40 millones de euros. Este espacio único, que incluye piscinas excavadas en la roca, termas romanas y otros vestigios históricos, se encuentra en el centro de una batalla entre la preservación del patrimonio y los intereses inmobiliarios.
La definición como BIC (Bien de Interés Cultural) junto a la inminente apertura musealizada del yacimiento, si bien, reduce la posibilidad de urbanizar, pero no merma los sueños capitalistas de los aún propietarios de una importante parte del yacimiento.
El Recinto Ferial: un precedente esperanzador
El caso del Recinto Ferial ofrece un ejemplo revelador de cómo las valoraciones especulativas pueden ser confrontadas. Mientras los propietarios reclamaban 2,3 millones de euros por los terrenos, el Tribunal de Expropiación fijó finalmente su valor en apenas 95.552 euros, demostrando que las pretensiones económicas desproporcionadas pueden ser ajustadas cuando intervienen los tribunales. La decisión del consistorio de defender la valoración realista de los terrenos, respaldada por los tribunales, marca un precedente importante para futuras actuaciones. La hemeroteca nos recuerda que hubo sus más y sus menos, nuevamente, grupos de la oposición primaban reuniones con los propietarios con la finalidad de desestabilizar el gobierno por encima del interés general de reducir el importe de adquisición.
Reflexión final: el valor real del patrimonio público y la crispación política
Estos casos ilustran una problemática común: la tensión entre el valor público y cultural de estos espacios, las expectativas económicas de sus propietarios privados y la importancia de la acción política. Las cifras astronómicas que se manejan en las reclamaciones contrastan significativamente con valoraciones más realistas, como demuestra el caso del Recinto Ferial o la tasación rústica del Pla de Feliu.
La protección de estos espacios no solo es una cuestión de preservación del patrimonio histórico y natural, sino también de resistencia frente a la especulación que amenaza con privatizar y mercantilizar espacios de valor incalculable para la comunidad. La experiencia de estos casos demuestra que la protección efectiva del patrimonio requiere no solo voluntad política, sino también consenso entre las diferentes formaciones. Mientras algunos casos han generado profundas divisiones, otros como los Baños de la Reina han logrado finalmente la unanimidad necesaria para su protección.
Mientras estos espacios vitales para el futuro de Calp aguardan decisiones cruciales, el debate público frecuentemente se ve secuestrado por polémicas menores y enfrentamientos personales que poco o nada aportan al interés general. Las redes sociales y ciertos medios se llenan de discusiones sobre rivalidades políticas, acusaciones cruzadas o escándalos personales que, aunque generan más clicks y comentarios, desvían la atención de las verdaderas decisiones estratégicas que determinarán el futuro de la ciudad.
Esta dinámica de distracción no es casual. Con la distracción del debate público lo accesorio eclipsa lo fundamental. El lanzamiento de ataques personales y bulos promueven la atomización del debate público, formándose múltiples controversias menores que dificultan la construcción de una visión compartida sobre el modelo de ciudad y facilita (interesadamente?) que los intereses especulativos avancen mientras la atención ciudadana se dispersa en polémicas efímeras. Se puede vivir en el error permanente pero no mentir deliberadamente.
El futuro de espacios como Las Salinas, Los Baños de la Reina o el Pla de Feliu dependerá en gran medida de nuestra capacidad para mantener el foco en lo verdaderamente importante, construyendo consensos que trascienden las divisiones partidistas y los debates estériles.