Se trata de una creación filosófica que hace referencia a aspectos relacionados tradicionalmente con advertencias lanzadas por minorías alarmistas y su silenciamiento o descreimiento por parte de figuras e instancias dominantes.
En Calp hemos estado advirtiendo desde hace tiempo desde ACEC sobre el estado de sobreexplotación del territorio, con manifestaciones, charlas, divulgaciones y todos los medios posibles.
El éxito de las campañas de concienciación y de nuestros esfuerzos ha sido moderado, por no decir nulo. La sociedad calpina en repetidas ocasiones ha optado por opciones políticas que defienden el actual modelo de urbanismo predador disfrazado de un falso desarrollismo que promete prosperidad y trabajo.
Adiós a la declaración de la UNESCO
En 2017 se pidió que por los valores medioambientales y arqueológicos que reúne el parque natural calpino se le incluyera en esta categoría otorgada por la UNESCO. Con la contaminación urbanística del entorno podemos despedirnos al dejar de reunir las condiciones para esta categoría.
Pese a que ya empieza a haber estudios serios sobre la recesión del flujo turístico, el abandono de residentes por el desencanto y la evidente escasez de infraestructuras para albergar la creciente población en temporadas altas, el municipio sigue abrazando el ladrillo como una solución en vez de concebirlo como un problema cada vez más evidente.
El legado de 25 años de Partido Popular
Las políticas del ya no tan jóven emprendedor y la facilidad con la que, bajo su mandato. se instalaron en Calp opacas impresas de inversión y promoción están empezando a hacer mella en la economía local.
El hecho de llevar en las propias filas a concejales que firmaban algún macroproyecto o trabajaban directamente para promociones que impunemente vertían residuos a las playas tampoco era el mejor de los indicadores de honorabilidad, y así nos irá en lo sucesivo.
Hemos vuelto a las promociones urbanísticas que se venden 3 veces antes de ser ocupadas, temporalmente y solo durante la temporada turística. El cementerio de bloques deshabitados en invierno evidencia el carácter especulativo de las construcciones residenciales.
A esto se suma la huida de familias autóctonas de clase trabajadora a las poblaciones vecinas, ahuyentadas por el precio inasumible del alquiler y la escasez de viviendas familiares (con más de 2 habitaciones).
El pequeño y mediano comercio será el primero en notar esta nueva crisis que se avecina. La proliferación de complejos hoteleros y su capacidad de ofrecer productos de «todo incluido» merman la posibilidad de consumo en la hostelería local, más si los propios hoteles tienen una cadena de hipermercados. La guerra con los empresarios del sector ya no es por los precios sino por los horarios de apertura.
Modelo urbanístico y turístico obsoleto
El «todo vale» lleva tiempo instaurado en el urbanismo calpino. Pocos o ninguno ha sido capaz de ponerle freno ante el temor de las consecuencias. No ha habido capacidad ni voluntad de regular, ya no la construcción, sino un desarrollo sostenible para asegurar la prosperidad de los calpinos que han de venir.
El «menfotisme» imperante ha sido la piedra angular de la política calpina, seguramente también el responsable último de sus propias consecuencias. El «turismo de chancleta» sin duda trae beneficios, pero actualmente solo a unos pocos, y no precisamente porque hayan competido con el resto en igualdad de condiciones, han hecho trampas.
La alarmante falta de infraestructura sanitaria, educativa, de abastecimiento de agua y gestión de residuos no parece preocupar a nadie mientras suene la caja registradora. Esta temporada todo indica que el sonido será entre un 20 y 30 % inferior al de la anterior y solo es el comienzo.
Lo que pocos quieren entender es que la mayor oferta diluye la calidad y el consumo. Aún si el número de turistas fuera constante, que no lo es, la mayor oferta hace que los presuntos beneficios se repartan entre más actores. Todo esto contribuye a que se busque el beneficio empresarial ajustando las remuneraciones, precarizando el empleo y empobreciendo al trabajador.