ACEC

Associació Cultural Ecológista de Calp

ACEC: Victoria frente a las torres, pero la batalla por Les Salines continúa

Esta victoria judicial nos anima a seguir, pero necesitamos más que aplausos virtuales.

La reciente sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Alicante que confirma la caducidad de la licencia para las infames torres de 35 plantas junto a Les Salines representa un soplo de esperanza para quienes llevamos años defendiendo la protección de nuestro patrimonio natural.

Desde ACEC celebramos esta decisión judicial que da la razón al Ayuntamiento de Calp. No es casualidad: hemos estado ahí desde el primer momento, con las ideas claras y una postura inequívoca frente a un proyecto que habría supuesto un daño irreparable para nuestro ecosistema y paisaje.

La historia nos da la razón

Cuando en 2008 se aprobó aquella torticera «interpretación número 2 del PGOU» que permitía la barra libre de alturas mediante la no contabilización de «zonas comunes«, ya advertimos del peligro que suponía. Cuando en 2017 se concedió la licencia al proyecto «Colossus«, volvimos a alzar la voz. Y cuando en 2022 intentaron resucitarlo con un presupuesto inflado de 35 a 65 millones, seguimos firmes en nuestra oposición.

No ha sido fácil. Nos han tildado de alarmistas, de enemigos del progreso, de opositores al desarrollo económico. Pero el tiempo nos ha dado la razón: este tipo de proyectos megalómanos no generan bienestar para la mayoría de los calpinos, cuya renta media sigue estando por debajo de los 8.000 euros anuales pese a vivir en uno de los destinos turísticos más cotizados de la Comunitat.

El silencio cómplice de la política

Conviene recordar que, mientras ACEC mantenía una postura clara, el panorama político ha sido bien distinto. Algunos partidos apoyaron abiertamente estas aberraciones urbanísticas, otros se pusieron convenientemente de perfil según soplaban los vientos, y aquellos que en campaña declararon una oposición frontal a estas construcciones no obtuvieron ni un solo concejal.

Esta es la amarga realidad que debemos afrontar: donde reina la desidia y la indiferencia ciudadana, no tardarán en brotar las torres. Todo el ruido en redes sociales, todas las firmas digitales y toda la indignación virtual no se transforman automáticamente en votos ni en cambios reales si no existe un compromiso ciudadano más allá del teclado.

La batalla continúa

ACEC advierte que, pese a esta sentencia favorable, la guerra está lejos de terminar. Cabe esperar recursos en instancias superiores y no olvidemos que este no es el único proyecto que amenaza el área sensible de Les Salines.

La presión urbanística sobre este ecosistema único sigue siendo inmensa. Otros promotores, con otros nombres y otros proyectos, siguen al acecho de cada parcela cercana al humedal. La codicia no descansa, y nosotros tampoco podemos hacerlo.

Seguiremos presentando batalla en colaboración con el Ayuntamiento y con todas aquellas personas y entidades que compartan nuestra visión de un Calp sostenible, donde el desarrollo económico no se consiga a costa de destruir lo que nos hace únicos.

Un llamamiento a la acción real

Esta victoria judicial nos anima a seguir, pero necesitamos más que aplausos virtuales. Necesitamos compromiso ciudadano, participación activa y, llegado el momento, que las urnas reflejen la supuesta preocupación por nuestro entorno natural.

Los flamencos de Les Salines, junto con otras 173 especies que habitan este ecosistema, no entienden de likes en Facebook ni de retuits. Solo comprenden una cosa: que su hogar sigue en peligro mientras sigamos permitiendo que intereses particulares se impongan al bien común.

La historia del «Colossus» debería servir de lección: no podemos dar por sentado que nuestro patrimonio natural está a salvo. La vigilancia debe ser constante y la movilización, real y efectiva. Porque, como hemos visto tantas veces, lo que no se defiende activamente, se pierde irremediablemente.

Associació Cultural i Ecològica de Calp (ACEC)