Hoy, 3 de noviembre se ha celebrado en Calp el I Foro sobre Medio Ambiente Economía y Sostenibilidad. El encuentro, en formato de desayuno informativo, reunía sobre todo a la prensa, políticos y actores sociales. También acudieron miembros de la asociación, por lo que es de recibo ofrecer un resumen de lo que se ha dicho.
Mitín Político.
Auspiciaba el ayuntamiento, cuya alcaldía estaba casi al completo, alcaldesa, tenientes de alcalde y un amplio número de asesoras. El cariz habitual ya hacía intuir que la culpa de todo la iba a tener el Consell, el gobierno central y cualquier nivel de gobierno que no fuera del Partido Popular, y así fue. Mireia Mollà no solo fue defenestrada sino que ademas se hizo leña del árbol caído, mucho fuego, y por supuesto, cuando Carlos Mazón gobierne la Generalitat otro gallo cantará. Desde luego que sí, es lo único que resultaba creible.
Un Enfoque económico turístico
Desde el ayuntamiento sacaron su mejor arma técnica, al doctor Perles, que en un agudo análisis cuantificaba el posible perjuicio de las instalaciones pesqueras en una horquilla de entre perdidas de 83 o 900 millones de euros. Desgraciadamente el impacto sobre la industria de nuestro municipio, el turismo, no ha sido tenida en cuenta, ni tampoco es esta industria suficientemente reconocida como para tener entidad suficiente que paralizará la expansión. Como curiosidad, en las tres provincias que conforman la comunidad valenciana, la mayoría de piscifactorías se ubican en Alicante, no solo los turistas eligen su destino favorito, también los peces.
Un enfoque científico precavido
César Bordehore emitió un mensaje en diferido, prudente, pero inequívoco: que con el tiempo la legislación, hace caso a las disrupciones estéticas que se señalan desde la voluntad popular. Lamentablemente tan válido para las piscifactorías como para el urbanismo predador.
Un enfoque cientifico retirado
Juan Navarro, experto en residuos, de forma presencial, puso el cascabel al gato, o al pez. Afirmo de forma taxativa que medioambientalmente las instalaciones de acuicultura y su expansión, no presentaban ningún problema medioambiental. Después de tal afirmación, otras, como la de que «comer marisco impide el cambio climático» (estudio del Instituto de los Recursos Mundiales (WRI) pasaron casi desapercibidas. Por otro lado también se señaló la normalidad en el rechazo social ante instalaciones que generan residuos o externalidades indeseables – not in my backyard- ya lo decían en los 80 cuando se acuñó el movimiento NIMBY. Un estereotipo del ecologismo entendido desde la ideología conservadora.
Un enfoque cientifico distante
La intervención, por vídeo, de José Luís Lizazo, nuevamente convergía en la argumentación de tipo urbanístico. La acuicultura se había desarrollado de forma dispersa, (como el urbanismo calpino), y que, la novedad y el descontrol o ausencia legislativa propició este modelo, en vez de optar por otro de tipo «polígono» que reuniera todas las explotaciones a la vez que controlara sus vertidos. En todo caso que las instalaciones deberían mantener una distancia prudencial, más bien generosa, con la costa.
Potentes Ponentes improvisados
En la ronda de preguntas, contamos con las aportaciones de José María Lozano, que acertadamente sentado en la mesa presidencial, se erigió como último ponente, anticipando que si el ayuntamiento le contrata resolvería todos los entuertos. Al grito de «el paisaje soy yo» acompañado de un lenguaje florido, consiguió la atención de la Sala ¿Ayudará un automarketing del bueno a conseguir la mejor valoración en concurso público y de libre concurrencia?
«No somos un pueblo de paletos» Conclusiones I
[…]Cerró, a la vez que regalaba una sucesión de perlas y titulares, como no podía ser de otra manera, nuestra insigne alcaldesa interina. Que por cierto está en contra de esto de las piscifactorías, que lidera el movimiento social. Además señala, que esta gente, los acuicultores, se llevan más beneficio del que deja aquí, y que eso no puede ser, no. Y que no les tiene perdonar, nunca nunca, que en el salón de plenos le comparasen los representantes de AVRAMAR el impacto visual de las jaulas que ponían el mar con los edificios que se permitían en la tierra. Imperdonable afirmación, el mar se mueve, la tierra no. Que sí, que hay muchos edificios, pero también sepan que en Calp, algunos edificios son del gran arquitecto Bofill, que es muy importante. Para finalizar, también se enojó porque los acuicultores traían a Quique Dacosta para sus eventos promocionales[…]
Conclusiones II Finales.
Que poco o nada se habló de la posibilidad científica de demostrar un impacto medioambiental negativo. Dando a entender que el mundo científico/académico en activo se cuidarán muy mucho de emitir dictamen negativo o de iniciar una línea de investigación en ese sentido. La explicación más plausible es que la mayoría de los esfuerzos investigadores están orientados a la acuicultura, que hoy por hoy goza de una amplia red académica con muchos recursos que pocos quieren dejar escapar.
Se puso en tela de juicio la protección legal, por parte del Consell de la Posidonia, a la vez que se denunciaba que la turbidez de las aguas marinas atribuyéndola a los vertidos de la instalación. La saturación de nutrientes podría impedir la incidencia de la luz solar en las capas más bajas y con ello perjudicar a las praderas de Posidonia. Pero hablamos de oído, no hemos visto ni un dictamen científico que lo acredite. También se evidenció la futilidad de las consultas públicas (y los plazos de alegaciones), si el mismo ayuntamiento las emplea por imperativo legal, las desestima a conveniencia o las ignora de oficio, ¿qué trato esperaban que dispensaran otras administraciones?
La vía legal está abierta, el ayuntamiento ha planteado un contencioso contra la ampliación. Sería de recibo que el Ayuntamiento de Altea, afectado por la pluma de vertidos, también se uniera a la demanda. En todo caso, esto se dirimirá en los juzgados, y es allí dónde se tomarán las decisiones que en su día los políticos no tomaron. Por otro lado, la concesión es a 10 años prorrogable, cumplido el plazo, se les podría denegar por afear el paisaje, pues de momento desde el ayuntamiento hay otro argumento que ese sobre la mesa. Y como hemos mencionado más arriba, y a falta de otro enfoque más potente, confluyen de alguna manera los mismos argumentos contra el urbanismo depredador que llevamos denunciando hace años.
Lo que nos lleva a darnos cuenta de la fina ironía que se desprende de la reflexión, de que el Ayuntamiento de Calp está en la misma tesitura que ACEC, cuando nos oponemos a las torres en las Salinas, el «Proyecto Colossus». Tanto la ampliación de las piscifactorías como la abyecta construcción gozan de licencia otorgada. Si bien la primera la firmó Mireia Mollà, la segunda la firmó Ana Sala. ¿Es menos legal una piscifactoría que un palacio de congresos en terreno inundable de las Salinas?