ACEC

Associació Cultural Ecológista de Calp

Granjas de peces en Calpe: Una amenaza para el turismo, la pesca y el medio ambiente

Los vecinos de Calpe llevan años luchando con protestas, recursos legales y acciones directas, como intentar documentar el impacto de las jaulas.

Desde 2001, las granjas industriales de peces han invadido las aguas de Calpe, transformando un litoral admirado por su belleza natural en un centro de acuicultura intensiva. Lo que comenzó como un proyecto aparentemente inofensivo —12 jaulas marinas gigantes aprobadas por la Generalitat Valenciana— se ha convertido en un problema que enfrenta los intereses corporativos con el sustento de los pescadores, la economía turística local y el equilibrio ecológico del Mediterráneo.

Privatización de las aguas públicas

La empresa detrás de estas operaciones, Avramar (antes Nordseas), controla ahora instalaciones en toda España, desde Nules hasta Canarias, respaldada por fondos de inversión como Mubadala Capital y Amerra Capital. A pesar de promocionarse como «sostenible», Avramar ha recibido millones en subvenciones públicas de la UE y España, incluyendo:

  • 1,5 millones de euros (2020, FEAMP) para modernizar sus instalaciones en Murcia.
  • Ayudas de la Generalitat Valenciana (2021) para «formación laboral», a pesar de que la contratación local ha sido mínima.

Mientras los pescadores artesanales sufren restricciones europeas asfixiantes, la acuicultura industrial recibe apoyo político y financiero. Una clara doble moral.

Impacto ambiental y económico

  1. Turismo en peligro
    • Estudios confirman que las granjas afectan el paisaje costero, un activo vital para Calpe, donde el 70% de la economía depende del turismo (fuente).
    • Estas «fábricas flotantes» afean el mar, disuadiendo a visitantes que buscan aguas limpias.
  2. Riesgos ecológicos sin control
    • No se permiten análisis independientes del agua cerca de las jaulas, ocultando posibles contaminantes.
    • Pescadores locales denuncian la acumulación de peces depredadores alrededor de las granjas, alterando el ecosistema.
    • Experimentos genéticos con doradas (para resistir el calentamiento del mar) podrían afectar a especies autóctonas.
  3. El abandono a la pesca tradicional
    • Los pescadores, ya ahogados por las cuotas europeas, ven cómo estas granjas reciben ayudas mientras perjudican los caladeros.
    • Los puestos de trabajo prometidos no se han materializado, con contratos temporales y mano de obra externa.

Resistencia vecinal y opacidad empresarial

Los vecinos de Calpe llevan años luchando con protestas, recursos legales y acciones directas, como intentar documentar el impacto de las jaulas. Cuando activistas de Ecologistas en Acción se acercaron en barco, Avramar llamó a las autoridades para impedirlo. Aunque la empresa invita a «visitas controladas», rechaza inspecciones transparentes con toma de muestras, lo que alimenta las sospechas.

El mensaje a Avramar y las administraciones

La petición es clara: Retiren estas granjas de zonas turísticas y caladeros tradicionales. Si realmente es «acuicultura sostenible», no debería:

  • Vivir de subvenciones mientras privatiza el mar.
  • Dañar el turismo, base económica de los pueblos costeros.
  • Operar sin supervisión independiente.

La lucha de Calpe no está sola: es parte de un movimiento global contra la expansión de la acuicultura industrial. Seguiremos combatiendo, con ciencia y solidaridad, para defender nuestro mar.