Opinión de la Associació Cultural i Ecològica de Calp
Mientras celebrábamos la caducidad de la licencia del proyecto «Colossus» – esas infames torres de 35 plantas que amenazaban Les Salines – una realidad aún más preocupante se cierne sobre este ecosistema único: quedan apenas cuatro parcelas libres en el entorno del humedal, y tres de ellas representan una amenaza directa e inmediata.

El último asalto: cuatro parcelas, tres peligros
La primera parcela alberga el «Colossus», oportunamente caducado pero con claros visos de resurrección. Sus promotores no han abandonado el proyecto y seguramente volverán a la carga aprovechando cualquier cambio en el panorama político local.
La segunda parcela, justo al lado, acoge lo que en ACEC hemos decidido llamar «Chernobog» – en honor a los promotores que van a invertir para multiplicar su dinero y, tras llevarse sus ganancias, dejarán a los calpinos una torre más en Les Salines y a los incautos compradores como pasto para los mosquitos y las inundaciones. El problema es que este proyecto sobre escasos 1.761 m², al parecer, ya tiene licencia concedida.
Existe una tercera parcela de la que poco se sabe, mantenida en un sospechoso silencio que no presagia nada bueno. La cuarta es dotacional – es decir, destinada a equipamientos públicos como colegios, centros de salud o espacios verdes – pero conociendo los precedentes en Calp, no sería extraño que acabara siendo objeto de alguna «reinterpretación urbanística» creativa.
Anomalías en el PGOU: cuando la legalidad se construye sobre arena
Nuestro análisis técnico de la documentación urbanística revela anomalías tan graves que resultan escandalosas. Los propios apuntes al margen del Plan General hablan de asuntos «pendientes» y reconocen que existe un Programa de Actuación Integrada (PAI) PENDIENTE por temas jurídicos.
Esta información es crítica: aunque el suelo aparece clasificado como urbano y supuestamente «urbanizado», el desarrollo urbanístico completo – que incluye obras de urbanización detalladas y cesión de terrenos – no está finalizado y está estancado por problemas legales. ¿Cómo es posible conceder licencias de construcción sobre un terreno cuyo desarrollo urbanístico está judicialmente paralizado?
Más grave aún, el PATRICOVA, Plan de Acción Territorial de carácter sectorial sobre prevención del Riesgo de Inundación en la Comunitat Valenciana: la demarcación de la zona altamente inundable parece «recortar» de forma conveniente las parcelas edificables, como si el riesgo de inundación se detuviera mágicamente en los límites de la propiedad privada. La realidad es tozuda: estas parcelas se encuentran en zona de inundación frecuente cada 50 años.

La lógica aplastada por la codicia
ACEC denuncia que se han obviado elementos básicos que, aplicando la lógica y el sentido común, habrían impedido cualquier construcción en esta zona:
- Riesgo de inundación demostrado con periodicidad frecuente
- Proximidad inmediata a un humedal protegido por normativa europea (Red Natura 2000)
- Afección directa sobre un Parque Natural y sus 173 especies de avifauna
- Desarrollo urbanístico paralizado por problemas legales no resueltos
- Impacto paisajístico irreversible sobre el Peñón de Ifach y su entorno
¿Cómo es posible que, con este cúmulo de impedimentos ambientales y legales, se sigan concediendo licencias de construcción?
Ante esta situación, ACEC anuncia las siguientes acciones:
Acción legal inmediata e investigación del capital
Plantearemos una acción legal contra la concesión de licencias en zona con PAI paralizado y riesgo de inundación frecuente. Consideramos que estas licencias son radicalmente nulas de pleno derecho por vulnerar la normativa ambiental europea y estatal. Para ello nos abrimos a la colaboración ciudadana, los abogados no son gratis y los riesgos de estropear el negocio a un rico inversor extranjero son grandes. De momento investigamos a todos los involucrados en el proyecto “Chernobog” con el fin de dar a conocer qué capital se esconde detrás y cuál es el origen del mismo.
Colaboración institucional para ofrecer resistencia
Trabajaremos con el Ayuntamiento actual para revisar todas las licencias concedidas en zona de afección del humedal, exigiendo la aplicación estricta del principio de precaución.
Denuncia pública ante instancias superiores
Elevaremos el caso ante la Conselleria de Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Júcar, solicitando la paralización cautelar de todos los proyectos en la zona hasta resolver los «temas jurídicos pendientes» del PAI.
Reflexión final: las sombras del pasado sobre el futuro de Les Salines
No hemos llegado hasta aquí por casualidad. La situación actual – con licencias concedidas en zonas inundables, PAI paralizados por «temas jurídicos» y proyectos que amenazan directamente un Parque Natural – es el resultado directo de años de permisibilidad institucional, caciquismo político y silencio vecinal.
Durante décadas, los calpinos hemos sido testigos mudos de cómo se iban aprobando «interpretaciones urbanísticas» que favorecían intereses particulares por encima del bien común. Hemos visto cómo arquitectos firmantes de proyectos polémicos acababan siendo concejales que votaban sus propios proyectos. Hemos observado cómo se otorgaban licencias en tiempo récord mientras los expedientes de protección ambiental se eternizaban en cajones burocráticos.
Y, en su mayor parte, hemos callado. Hemos preferido la comodidad del silencio a la incomodidad de la confrontación. Hemos elegido la queja privada sobre la acción pública. Hemos optado por confiar en que «otros» resolverían los problemas que «otros» habían creado.
Las consecuencias de esa pasividad están ahora literalmente a las puertas de una de nuestras joyas ecológicas más preciadas. La zona de amortiguamiento de Les Salines – ese espacio vital que protege al humedal de las agresiones exteriores – está siendo cercenada parcela a parcela, torre a torre, licencia a licencia.
Si no canalizamos la indignación de las redes sociales en acciones reales y contundentes, muy pronto se proyectará una sombra permanente sobre los flamencos. Una sombra de hormigón y cristal que ya no podremos borrar nunca más.