El emporio responsable del proyecto Colossus empieza a desalojar las parcelas cercanas a las salinas, hasta ahora ocupadas por campings, posiblemente para capitalizarse y afrontar la mega construcción ante la expiración de la licencia prevista en breve.
Para algunos, la perfecta explicación para la vuelta de César Sánchez a la alcaldía de Calp. Amiguetes, barra libre de alturas, aperturismo ante las injerencias de la empresa privada en política y sobre todo, declarado amor al cemento lucrativo antes que al empobrecido municipio. La licencia para el Proyecto Colossus (que se granjeo una bandera negra de Ecologistas en Acción) expira en septiembre de este mismo año. Pese a la oposición social todo apunta a que el grupo empresarial pretende emprender la polémica obra.
Carrerilla económica y camperos indignados
Diversas fuentes apuntan a que el Grupo AR hoteles y sus diversas empresas filiales están desprendiéndose de múltiples activos con el fin de capitalizarse ante lo que ellos mismos definen como un proyecto de 60 millones de Euros. No se limitan a la venta de apartamentos del grupo, ahora le ha tocado el grupo a los campings, o más bien a los terrenos que los albergaban. El grupo poseía varias parcelas cercanas a las salinas, ante la dificultad de construir decidieron ponerlas en «barbecho». Y dónde otros cultivan alfalfa, el grupo abrió sendos campings: Austral y Boreal.
Desde hace pocos días la comunidad camper está indignada, son múltiples las voces y lamentos en los foros que frecuentan. «Lástima, un segundo Benidorm y avaricia«, son los comentarios que más se escucha. El camping Boreal, con una superficie de 7.664 m2 es el que se cerró primero. Le sigue el Austral, que a partir del 15 de marzo ya no acepta más reservas, compuesto por 6 parcelas diferentes que en total suman 15.000 m2 de superficie. No solo en foros digitales sino también en la calle, alemanes, belgas e ingleses coinciden que la construcción se está cargando el encanto de Calpe, y que no volverán.
Los mismos camperos que sufrieron la legislación local hecha a medida para apartarlos de las calles y obligarlos a llenar los nuevos campings que se habían abierto, ahora vuelven al enfado porque cierran los dos recintos que esta normativa pretendía favorecer (confesado por el concejal de turismo en un pleno).
Los camperos manifiestan que los empleados del lugar son parcos a la hora de explicar el cierre, bajo manga confiesan que los terrenos se dedicarán a la construcción de torres. Muchos de ellos agitan la cabeza y lamentan que la dinámica en España sea la destrucción de un paisaje y de un municipio que evidentemente no cuenta con la infraestructura suficiente para mantener estas nuevas construcciones. Otro, observan la vertiente más social, ¿Quién tiene 300.000 euros para comprar una vivienda?
Salinas en peligro
Los comicios electorales y la caducidad de la licencia son los fatales ingredientes que aceleran el proceso. Las Salinas van a ser cercadas por la construcción, el espacio natural, la avifauna puestos en jaque por la sombra de los megaproyectos urbanísticos. 20 años de políticas pro-construcción han evitado generar un entorno legal de protección, todo lo contrario, la barra libre de alturas puso la guinda al proyecto Colossus.
Mientras que la ONU advierte de una triple crisis: calentamiento, pérdida de biodiversidad y contaminación, los sucesivos gobierno populares han trabajado en la dirección contraria. En vez de regular, controlar el urbanismo, en Calp se le ha dado alas al mismo tiempo que se llenaban los folletos turísticos con las bondades naturales de las Salinas. Una incongruencia que nos puede salir cara.
No nos extrañe que estos meses venideros veamos un despliegue de publicidad sin igual apoyando al candidato popular, no hay que olvidar que se trata del mismo grupo que recogió 200 firmas entre sus empleados para IMPEDIR que los terrenos de PLA DE FELIU se calificaran como zona verde. Tampoco nos engañemos, cuando se dice: Calpe, Calpe, Calpe, hay quien se refiere a construcción, construcción, construcción.