ACEC

Associació Cultural Ecológista de Calp

Qué la música no pare: balada triste del Pla Roig

Al son de la música brotaban los chalets, PAIs, urbanizaciones, y después, monumentales edificios, todo generaba dinero abundante y rápido. Pero, al igual que en el juego de las sillas, se está acabando la música, y el terreno, la única solución para seguir bailando al son del «pelotazo» es la de recalificar los terrenos previstos para chalets en parcelas para torres. Ganar alturas, volumen y beneficios. Una estrategia interesada que ha bloqueado durante más de una década el desarrollo del Pla Roig II. O se hacía lo que «ellos» digan, o no se hacía nada, y así ha sido hasta ahora, el perro del hortelano constructor-promotor.

Mientras Ana Sala nos entretiene negando tres veces la piscifactoría que ella misma recibió con los brazos abiertos, o nos distrae el antaño ciudadano Pino mientras consolida su trasvase fútil a los populares, en el Ayuntamiento de Calp la música no cesa. Para unos a ritmo de la sintonía del «Money» de Pink Floid, pero para otros, más como la versión de «Mad World» de Gary Jules. La especulación urbanística sigue llevando la batuta en Calp, o por lo menos, eso pretende.

El asunto de hoy se entenderá mejor en una perspectiva temporal de décadas, delante de un mapa y con un paseo por la avenida de los Ejércitos Españoles. Y como muchas cosas en Calp, el germen brota en un oscuro despacho (oscuro porque carece de luz natural, no vaya nadie a pensar otra cosa) en el ayuntamiento de nuestra población, una sala donde no tuvieron silla todos los implicados. Terratenientes todos los que estaban aunque no estaban todos los que tenían tierras.

La partida PLA ROIG II lleva tiempo siendo un escenario dantesco, literalmente definido por los vecinos como postatómico, digno para rodar una parte de Mad Max, caciques sanguinarios incluidos. Lo positivo es que parte de esta historia finalmente ayudará a entender a muchos el deplorable estado en el que se encuentra actualmente la zona. Y, porqué, una partida parcelada y dotada de infraestructura, se ha podido degenerar antes de ser urbanizada.

La especulación es, ha sido y, si no cambia nada, será el alfa y el omega de las actuaciones urbanísticas, por acción u omisión, sin importar las consecuencias.

Las casas familiares, chalets de alturas controladas en la vecina Partida de Pla Roig I , salvando alguna distancia, se podría poner como un ejemplo de urbanización en cuanto a trazado e infraestructura. Para la partida contigua, Pla Roig II, se preveía un destino similar, una continuación de urbanismo controlado que había de contener viviendas unifamiliares del mismo tipo. Pero un vistazo detenido a la propiedad de las parcelas que componían la partida hacía brotar el mal fario y sospechas, que después de muchos años, incluyendo juicios y sentencias, se han visto confirmadas.

La mayor parte de los terrenos de Pla Roig II se acumulaban, sí, en manos de los de siempre, grandes terratenientes calpinos (incluyendo hombres de paja, representantes legales o testaferros), cuya finalidad siempre ha sido trazar un urbanismo acorde a sus expectativas de ganancia más que a una ordenación social y sostenible del territorio. El problema siempre fue que la Partida Pla Roig II era colindante al PP4 el SALADAR – aquel Plan Parcial de las alturas libres – ahora armonizado en un techo de 18 alturas.

La mera expectativa de poder construir torres en vez de chalets adosados ha sido uno de los motivos que, con vergonzosa connivencia por parte de diferentes ayuntamientos bajo régimen Popular, que ha mantenido la zona en un limbo administrativo y bloqueado cualquier desarrollo en la zona, propiciado la degeneración de la misma.

Los políticos pasan pero las licencias permanecen

Recientemente, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que el concejal del ramo finaliza su vida política, algunos propietarios, unidos en grupo de presión, pusieron sobre la mesa un concepto, novedoso de armonización. Mantenían estos, que para armonizar los chalets de las zonas aledañas, Pla Roig I, Enginent I y II con las inmensas torres del SALADAR, lo mas sensato, desde el punto de vista de sus expectativas, sería permitir en esta zona un aumento de alturas (y por ende, de ganancias para ellos).

Pese a que este concepto de armonización, que implicaría un aumento de alturas (y beneficios) no depende enteramente de Calp, ya contaba a la hora de exponerlo, con voluntarios para defenderlo ante los niveles administrativos que hiciera falta. Todo por el progreso de alturas, dividendos y capitales. Si algunos ejércitos ante la perspectiva de su derrota, tiraban sal sobre los campos, no nos deba extrañar que desde el Partido Popular y/o agregados concedan alguna licencia in extremis, para participar de ese progreso desde la retaguardia.

Todo vale bajo la promesa de progreso de alturas, dividendos y capitales; hay propietarios que quieren que en vez de chalets unifamiliares se construyan edificios, bajo el pretexto de armonizar las edificaciones (y sus beneficios) con la barra libre de alturas que podemos encontrar al cruzar la calle, el PP4 o PLAN PLARCIAL DEL SALADAR.

La especulación impide todo progreso que no sea el propio.

Ante todo lo expuesto, parece importar poco o nada el hecho de que gran parte de la parcela se encuentre en terrenos con riesgo de inundación, por su nivel y por la cercanía al la rambla del río, según expone el mismo ayuntamiento y confirma lo establecido en el PATRICOVA (PLAN DE ACCIÓN TERRITORIAL DE CARÁCTER SECTORIAL SOBRE PREVENCIÓN DEL RIESGO DE INUNDACIÓN EN LA COMUNITAT VALENCIANA).
Por otro lado, se hace un doliente caso omiso desde la administración local a los propietarios minoritarios de esa misma zona, y cuya voluntad no va más allá que la de construirse un chalet en la parcela que adquirieron con ese fin. En definitiva, que la música no pare, que el agua no impone, salvo cuando moja, y que, si se licenciara un chalet, el sueño de las torres armonizadas se evapora.
La zona se ha convertido en un paradigma de fracaso institucional, degenerándose a ojos vista, farolas rotas y cajas de luz expoliadas llenan el paisaje, mientras tanto, una vegetación que ya ha recuperado parte de las aceras se crece para tomar la calle.

La zona, inundable según el PATRICOVA, se ha convertido en un paradigma de fracaso institucional, degenerándose a ojos vista, farolas rotas y cajas de luz expoliadas llenan el paisaje, mientras tanto, una vegetación que ya ha recuperado parte de las aceras se crece para tomar la calle.


Este tema forma parte de una trilogía junto a «Barbecho de Campings» y «Avenida de la Especulación».