Los ecologistas afirman que el caudal de Las Salinas sigue bajando y que es visible la gran mortandad de peces, amén del fuerte hedor que desprenden que es una constante molestia para los vecinos.
«Es una desagradable imagen (peces muertos y hedor) tanto para los residentes como para quienes nos visitan en estas fechas, pues evidencia una situación de abandono y degradación de uno de los lugares emblemáticos de Calpe», afirman representantes de ACEC, quienes temen que tal falta de previsión mostrada por el ayuntamiento pueda causar daños irreparables a la biodiversidad del humedal.
Es la segunda ocasión que se produce tal incidencia en un corto periodo de tiempo.