Hay varios vecinos que mantienen que los vertidos no autorizados de áridos se llevan realizando desde hace años, la petición de información planteada al ayuntamiento aún no se ha satisfecho por parte de este.
Las polémicas obras que el ayuntamiento planteaba realizar en la cala la manzanera, y que incluían la rehabilitación del Club Social, al final están estancadas por el sinsentido confeso de cementar 100 metros de costa, incluyendo zonas protegidas por la Red Natura 2000.
El ayuntamiento, pese a conocer la existencia de los vermétidos, entre otras especies que hacen del lugar un entorno protegido y enormemente rico en flora y fauna, pretendía seguir adelante con unas obras que se han licitado por más de un millón de euros.
La existencia de especies protegidas, avalada por vario informes y profesionales (no podemos incluir en esta categoría a los del ayuntamiento ya que estaban decididos a construir), ha obligado al concejal de urbanismo a replantear la obra. Un cambio en el contrato ya adjudicado que desconocemos cómo puede afectar la cuantía final del mismo.
El caso es que el vertido de areniscas en la zona (LIC Penyal de Ifach), bajo el pretexto de satisfacer a residentes y turistas con una mini playa, puede tener otra finalidad. Bajar la calidad del agua para matar los mismos moluscos que impiden la ejecución de la obra. Muerto el perro, a construir. Es solo una teoría, pero el vertido de arena y su natural evacuación al mar, al hallarse en una rambla, podría ser una consecuencia deseada por la administración local, tan obcecada por dejar ni un metro de costa virgen. La deposición de las areniscas en el mar podría afectar también al fondo marino y supone una amenaza para los prados de posidonia.
Aún es un misterio saber quién dio la orden de verter arenisca en espacio protegido, qué técnico pudo haber autorizado la operación o si simplemente estamos ante otra muestra más del autoritarismo decimonónico del equipo de gobierno, al que no frena ley, protección medioambiental o sentido común. La pregunta sería si se mantendrá la chulería institucional cuando las advertencias se conviertan en multas.